Como anunciábamos en el último comunicado enviado por esta sección, queremos informar a los trabajadores de que ya hay sentencia en el juicio de Tania, trabajadora del CEMAV, contra la UNED por las sanciones impuestas a nuestra compañera en el marco del acto de la cátedra de RSC de Telefónica-UNED. Y el sentido de la sentencia es absolutamente favorable a Tania. El juez declara la nulidad de la primera sanción, la de 18 meses de suspensión de empleo y sueldo, que se imponía por el cargo de deslealtad institucional. Y revoca completamente la segunda, de 3 años de suspensión de empleo y sueldo, por imputársele utilización indebida de datos que conocía por razón del cargo. A quien le interese puede echar un vistazo al contenido de los fundamentos de derecho (los fundamentos de hecho ya los dimos a conocer sobradamente en numerosas entradas de nuestro blog) de la sentencia, de la que hemos publicado algunos extractos más abajo, en que queda patente la actitud inconstitucional de la UNED hacia los derechos fundamentales y la absoluta falsedad de sus acusaciones contra Tania.
No es en la vía judicial donde nos gusta ganar los conflictos, porque supone una delegación de responsabilidad y fuerza que está en disonancia con nuestros principios, pero tras sucesivos piquetes en distintas localidades, recogida de firmas y un más que irregular procedimiento disciplinario en que no se tuvo en cuenta, en ningún momento, las alegaciones y pruebas de Tania, la UNED no le dejó a ésta otra opción.
Aprovechamos para dar las gracias a todos los compañeros anarcosindicalistas y simpatizantes que apoyaron con su presencia los piquetes y a los que le han dado su ánimo durante todo el proceso. También queremos dar las gracias a todos los que con su firma apoyaron la retirada de las sanciones y a los que se manifestaron a favor de Tania y de la libertad sindical y de expresión en las entradas de nuestro blog y en otros ámbitos.
Y queremos también dar las gracias, como no, al Rector, al instructor del procedimiento y a todos los jefes y jefecillos que han participado activamente en este intento de linchamiento, porque con su actitud se han desenmascarado y revelado como lo que realmente son: una panda de serviles sicarios de la censura que no tienen ningún respeto por las libertades fundamentales y que anteponen la imagen y privilegios de una gran corporación como Telefónica a los derechos de un trabajador (derecho a ejercer de forma honorable su profesión y derecho a su subsistencia). Sí, les llamamos sicarios al servicio del PODER porque asesinan la libertad con cada uno de sus pasos y porque están dispuestos a vender la universidad al mejor postor.
No deja de ser tragicómico contemplar cómo el Rector Ullastres no duda en ensalzar a los padres de la Constitución mediante fastuosos actos, haciendo dispendios con ese dinero público que ahora dice escasear, y después no tiene ningún reparo en pasarse el Artículo 20 por algún fleco del birrete. Así son los tiempos que vivimos. Tiempos de cinismo e hipocresía. Tiempos de canapés y brutales recortes.
También queremos mostrar nuestro desprecio más absoluto a los trabajadores que prefirieron creer las mentiras del patrón cuando no colaborar directamente con los instructores del proceso antes que solidarizarse con ella. ¿Qué tienen ahora qué decir ahora que la propia justicia institucional no ha podido hacer otra cosa que darnos la razón? ¡Vergüenza debería darle a más de uno!
Por otro lado, a pesar de que el embarazo de Tania no ha sido la causa de este proceso sancionador sí que puede considerarse como un factor agravante de las viles intenciones que anidan en este expediente, ya que en él se mantiene una acusación a base de mentiras deliberadas a sabiendas de que se encontraba en un estado que merecía especial protección. Tanto es así, que nuestra compañera sufrió de ansiedad al verse en la situación, día tras día, de tener que firmar documentos en los que se le amenazaba con años sin empleo ni sueldo sabiéndose inocente. Por este motivo, tuvo que estar de baja los últimos meses de embarazo, una baja que jamás se hubiese producido de no haberse dado el insistente acoso institucional. Menos mal que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio, y el embarazo y su hijo, lejos de debilitarla, le han dado más fuerza para luchar.
Está más que comprobado que con la cobardía no vamos a ningún sitio y con la valentía vamos a todas partes (recordemos que esta es la segunda vez que la verdad de Tania tiene que ser avalada por los tribunales frente a la mentira de la UNED). Esta sentencia no sólo anula los acosos ejercidos por la UNED hacia una de sus trabajadoras sino que PROTEGE el ejercicio de la libertad de expresión y prensa dentro de la empresa, legitimando que en la noticia que le encargaron cubrir se mencionara la existencia de una protesta a las puertas del acto sobre “responsabilidad social” de la Cátedra UNED-Telefónica, porque ese piquete se produjo. Los gestores de la Universidad no son quién para borrar el pasado, ni inventarse realidades paralelas más acordes con la fantasía orwelliana en la que les gustaría vivir.
Mención aparte merece la intromisión en la vida extra-laboral de nuestra compañera con los vanos intentos de censurar su blog PERSONAL. ¿No tienen nada mejor que hacer?
Por todo lo dicho: ¡Seguimos con más fuerza en el camino del apoyo mutuo, la solidaridad y la autogestión! Por una universidad sin jerarquías de sicarios, libre del patrocinio de las corporaciones parasitarias, pues unos y otros, como queda puesto de manifiesto con el caso de Tania, sólo persiguen fines espúreos y no tiemblan a la hora de destruir a quienes se les oponen. Por una universidad gestionada por y para los trabajadores y estudiantes.