Tang, tang, tang. Suenan las campanas y su tañido nos llama a representar una vez más la farsa de las elecciones a gobernante de la universidad. Actos de campaña, presentaciones, inquietudes, expectativas…ya están sobre la escena todos los elementos con los que ejecutar el sacrosanto ritual por el que legitimamos nuestra posición de subordinados.
“¿A quién vas a votar? Yo no lo tengo claro. Este parece un buen tipo. Tiene un buen curriculum. Este es más claro que el otro. Este es la continuidad del anterior. Este es joven, no tiene experiencia. Sí, pero puede traer sangre fresca, nuevas ideas, lo importante es que entierren todo lo que ha hecho el anterior cabronazo, etc…”. Toda la cháchara consumida estos días entre quienes tenemos derecho a voto, parece vacilar entre las cualidades de los candidatos. Pero no es una vacilación real, sino un simulacro de escepticismo circunscrito a los límites de la duda tolerados por el Ingsoc. ¿Os acordáis del Ingsoc? Para quienes no hayáis leído la célebre novela de Orwell, 1984, el Ingsoc es el acrónimo de la ideología del partido gobernante, algo así como lo que vino a ser en la ¿no-ficción? el diamat. ¿Qué fue del Ingsoc entonces? Hagamos un esbozo de lo que era el Ingsoc en la novela que nos pueda ayudar a averiguar dónde se refugió la ideología dominante fuera del libro:
El dictador: líder supremo e icono superlativo del régimen, encarnación del Ingsoc (¿tal vez el rector?, ¿el presidente del gobierno? ¿el gran patrón?)
El Comité Central: una suerte de ejecutiva formada por los miembros más prominentes del partido (¿junta de gobierno? ¿consejo de ministros…?¿consejo de administración?)
El partido interno: representa la parte aristocrática, privilegiada y minoritaria de la sociedad de Oceanía (emplazamiento ¿ficticio? en el que se desarrolla la novela) (¿hablamos tal vez de ese colectivo con un 58% de ponderación en el voto?)
El partido externo: es la burocracia del estado, encargada de reescribir constantemente la historia para adecuarla a las necesidades del Ingsoc. Son como la contracara del partido interior. Llevan un uniforme igual a los miembros de aquél, pero de otro color. Digamos que son el brazo administrativo de la casta privilegiada. ¿podrían ser nuestra cúpula de gestión y alta dirección? ¿siempre eficaces, siempre reescribiendo y siempre obedientes al partido interno?)
El proletariado: no le echéis mucha imaginación aquí.
¿Qué habrá sido pues del Ingsoc?
Queridos compañeros, no cometáis un crimental (crimen mental), id a votar como el GH manda y sentiros satisfechos de contribuir a que se siga sosteniendo este hermoso lema: “La guerra es la paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza”
Suerte a los candidatos, aunque no la van a necesitar pues ya han ganado, si no ellos sí, al menos, el Ingsoc.