Desde el pasado curso 2018/2019 el compañero del sindicato Santiago, profesor de Lengua y Literatura en el IES Alpedrete, está siendo acosado por el equipo directivo de este instituto en connivencia con el servicio de inspección del DAT Oeste. Todo comenzó cuando la directora del centro empezó a pedirle programaciones de aula, exámenes y trabajos para comprobar el grado de cumplimiento de la programación aprobada por el departamento, ya que había «rumores» de que las clases del mencionado profesor eran en exceso festivas y participativas y el alumnado decía pasárselo muy bien. A ello se le suma el hecho de que este profesor, como coordinador de lo que se supone iba a ser la revista del centro, había propiciado el entusiasmo y la participación de muchos alumnos y alumnas, que se reunían una vez a la semana en un recreo, en unos encuentros en los que predominaba la cooperación, el compañerismo y el encendido debate de los temas que les interesaban. Fruto de estas reuniones fue el primer borrador de los contenidos de la revista, que no gustaron ni a la dirección ni al jefe de departamento, porque abordaban temas como el sexo o la religión.
Sin que al profesor se le notificara formalmente por escrito, la directora del centro, “amiga de la libertad de cátedra, de la renovación pedagógica y de las metodologías activas”, le informa al profesor de que una madre ha puesto una queja contra él. Cuando el profesor le pide que se le notifique por escrito dicha queja, la directora le dice que no, que «la madre se ha quejado en una conversación informal». Sin embargo y siempre según la directora del centro, Doña Inmaculada Prieto, dicha queja propicia que la inspección se persone en el centro para investigar la actuación docente de nuestro compañero.
Durante toda una mañana, dos inspectores del DAT Oeste entraron en las clases de nuestro compañero de sindicato, sacaron a alumnos y alumnas de las clases para «interrogarles» (esta es la palabra que usaron unánimemente los y las menores, si bien el servicio de inspección habló de «entrevistas»), haciéndoles reiteradamente las mismas preguntas a los estudiantes menores de edad, hasta el punto de que, sobre todo las alumnas interrogadas de 1º Bachillerato dijeron sentirse «muy incómodas e intimidadas».
Al cabo de una o dos semanas, la inspección vuelve al instituto, reúne a nuestro compañero, a la directora y a la jefa de estudios y les comenta que «las clases del mencionado profesor se han desarrollado con absoluta normalidad, pero de todos modos vamos a hacer un plan de actuación para mejorar la labor pedagógica del profesor».
El «plan de actuación» consistió en que el profesor debería entregar una programación semanal de aula y un cumplimiento de la misma y copia de todos los modelos de exámenes y trabajos que llevaría en cabo en lo que restaba de curso. Por su parte, el jefe de departamento y la jefa de departamento emitirían un informe sobre el profesor al final de curso.
Durante este periodo de tiempo se intensifica más, si cabe, la orientación autoritaria y antidemocrática de la directiva del centro: interrupción de clases, negativa rotunda a realizar cualquier actividad que surja de la iniciativa de los alumnos (viaje de fin de curso, baile de fin de curso, celebración del Carnaval o de cualquier otra festividad, charlas de las propias alumnas para informar sobre temas de interés, publicación de su revista, puesta en escena de obras de teatro escritas y preparadas por ellos mismos, recitación de poemas acompañados de instrumentos tocados por los mismos alumnos, etc.), lo que propicia que los estudiantes perciban su instituto como «una cárcel en la que no se puede hacer nada».
El curso 2018-2019 terminará con normalidad, hasta el punto de que la revista de los alumnos («Estudiantes sin censura»), coordinados y alentados por Santiago, será publicada al margen del instituto pero gracias al apoyo del AMPA, siendo presentada en el Centro de Juventud de Alpedrete con la asistencia y participación masiva de alumnos/as y de madres, padres, amigos y vecinos del pueblo, así como de la técnico y la concejala de juventud. Por supuesto, el equipo directivo del instituto no quiso saber nada del asunto.
Sin embargo, desgraciadamente, no todo acaba aquí, pues el 1 de septiembre de este curso 2019-2020 Santiago recibe una carta del Director del Área Territorial Madrid-Oeste, Don José Macías Velázquez, en la que se da carta blanca para que el asedio, la persecución y el acoso contra nuestro compañero por parte del equipo directivo directivo del IES Alpedrete y del Servicio de Inspección del DAT-Oeste continúen.
De esta manera, nuestro compañero Santiago, a pesar del apoyo del AMPA y de sus alumnos y familiares (recogida de firmas, mensajes diarios de apoyo), no ha soportado la presión cayendo enfermo por lo que hoy en día se encuentra de baja por prescripción de su médico psiquiatra.
Por todo lo relatado, en primer lugar, el Sindicato de Enseñanza e Int. Social de CNT-AIT Madrid quiere agradecer a todas las personas (sobre todo al alumnado) el apoyo que le han dado y le siguen dando a nuestro compañero Santiago, y, en segundo lugar, expone su intención de poner en marcha todas las acciones oportunas con el objetivo de poner fin a este acoso. Un acoso solo explicable como fruto de la persecución a quienes han querido construir algo de complicidad dando alegría a las tan a menudo grises y soporíferas aulas de nuestra región.