Este 24 de marzo, la comunidad educativa está llamada a un nuevo paro de un día. No es que no haya motivos suficientes para movilizarnos y luchar por un cambio total en la enseñanza, pero, nuevamente, toda la dinámica del proceso nos parece ridícula.
No hay organización real de los y las trabajadoras de la enseñanza -docentes y no docentes-, de los y las estudiantes, de las familias, etcétera. Si no hay organización de las personas, el espacio lo ocupan las organizaciones institucionalizadas que, con sus maquinarias burocratizadas, nos imponen las decisiones y nos arrastran a los tiempos que a ellas les interesan, pero quizá no tanto a nosotros y nosotras. Quizá no es lugar este para detallar por qué pensamos que esas organizaciones institucionalizadas, llamadas centrales sindicales, son las más interesadas en que no nos organicemos y emprendamos el camino de la autocapacitación colectiva para tomar nuestras propias decisiones y cómo son las primeras que boicotean todos los intentos que se han dado en los últimos tres o cuatro años de conseguir iniciarlo. No solo tenemos enfrente a la patronal, a la Consejería, sino que realmente también tenemos delante a las centrales sindicales.
Ya es hora de que los y las trabajadoras y estudiantes reflexionemos y nos demos cuenta de que esta convocatoria ni es una movilización surgida realmente de nosotros y nosotras, ni tiene unas motivaciones claras -aparte quizá de un calentamiento social controlado pensando en las próximos procesos electorales de esta primavera-, ni es posible engañar a los y las trabajadoras de la enseñanza llamándola “huelga”. La huelga es una herramienta de combate muy seria que siempre ha tenido la clase trabjadora para luchar por sus derechos y lograr su emancipación del Capital. Esta convocatoria no es más que un paro de un día que no va a ningún sitio y que no sirve para luchar por ninguno de los temas acuciantes, graves y extremos a los que nos estamos viendo abocados y abocadas en los últimos años. Desvirtuar y malgastar las herramientas de lucha es un pactismo más de las burocracias sindicales con la patronal para conseguir perpetuarse en sus privilegios aparentando trabajar por lo que no han tenido nunca intención de trabajar.
Una vez más, el Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de CNT- AIT Madrid, que nunca pide el voto a nadie, ni quiere representar a nadie, hace un llamamiento a los y las trabajadoras y estudiantes del sector para que esta jornada de paro sea el comienzo de una reflexión profunda y provechosa y se inicie el camino hacia una organización horizontal en igualdad de todos y todas; que se respeten las decisiones que de ella surjan; que se trabaje directamente, sin intermediarios liberados ni comités interpuestos, para llevar a cabo huelgas verdaderas y movilizaciones por objetivos concretos y reales compartidos por todos y todas que nos encaminen a una transformación radical del actual modelo de la enseñanza. Ahí, los y las militantes de este sindicato estarán aportando su entusiasmo, su trabajo y su empuje como una más entre iguales. Y sí, ahí estarán para transmitir con sus acciones nuestros valores de autogestión, acción directa, apoyo mutuo, solidaridad,… que nos acerquen a ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
Salud a los que luchan.
¡Por la anarquía!