El rector de la UC3M testifica en un juicio contra un trabajador despedido

Hoy día 29 de abril, en el Juzgado de Instrucción Número 8 de Getafe, se ha celebrado el juicio de faltas contra nuestro compañero Javier, delegado de la Sección Sindical de CNT en esta Universidad, denunciado por el gabinete jurídico de la universidad por el piquete con que se inauguró el conflicto sindical por su despido. Se le acusaba de desórdenes públicos, coacciones, lesiones y vejaciones por haber desplegado junto a sus compañeros de sindicato una pancarta en el estrado durante la solemne apertura del curso académico el pasado 18 de septiembre de 2012. El rector Daniel Peña, junto al gerente Juan Manuel Moreno y la directora de Recursos Humanos, Carmen Martín Romo, han testificado en contra del trabajador despedido.

¿Cuál es el verdadero delito por el que la UC3M pretendía condenar a nuestro compañero? ¿Desplegar una pancarta, leer un comunicado en público y reclamar su readmisión es un crimen por el que el rector de una universidad pública deba acudir a un juzgado para lograr que a un antiguo trabajador de su comunidad le castiguen con la multa más alta posible o incluso con penas de prisión? Desde la sección sindical de CNT en esta universidad entendemos que no. El hecho por el que la Universidad Carlos III llevó a juicio a nuestro delegado (intentando incluso que los hechos denunciados se juzgasen por la vía penal, no como falta administrativa) era otro. El verdadero delito que cometió nuestro compañero fue el de no haber escuchado promesas de futuras contrataciones, no haber agachado la cabeza y no haberse marchado a su casa a esperar que un buen día, después de cuatro años seguidos encadenando contratos temporales, alguien le llamase por teléfono para ofrecerle un nuevo contrato basura en la Universidad Carlos III de Madrid.
Mediante esta denuncia y esta causa contra nuestro compañero, el rector y su equipo han querido utilizar el miedo y la represión para erradicar de esta universidad a un grupo de trabajadores y estudiantes que ha decidido enfrentarse directamente a quienes los despiden y ponen en riesgo su subsistencia y la de sus familias. Al parecer, no pueden soportar que algunos trabajadores y estudiantes, hartos de la precariedad laboral, la mercantilización de la universidad y los altos precios de las tasas de matrícula, hayan decidido organizarse en asambleas con sus iguales y hayan creado una sección sindical como la de CNT en la Universidad Carlos III, que no acepta sobornos, no tiene liberados ni estómagos agradecidos que negocien en nombre de los demás y tampoco participa del circo de las subvenciones, los comités y las elecciones sindicales.

Está claro que nuestro rector Daniel Peña y sus amigotes quiere deshacerse de cualquier forma de este grupo de personas que se ha rebelado contra el clientelismo imperante en esta universidad y se ha comprometido a estar presente en todos sus actos oficiales para informar a los que allí acudan del absurdo despilfarro de dinero que esta universidad sigue realizando mientras, en la oscuridad, cientos de personas se están quedando en la calle. Como bien han demostrado esta mañana, quienes gobiernan esta universidad no van a tener ningún impedimento moral a la hora de acudir a un juzgado, mentir y exagerar delante de un juez, con tal de deshacerse de tan incómoda presencia.

Pues bien, estaba muy equivocado el señor Daniel Peña si pensaba que con denuncias y agresiones de sus empleados de seguridad iba a conseguir taparnos la boca. Inmediatamente después del juicio, varios compañeros de la sección estuvieron en la puerta del rectorado en Getafe informando a los trabajadores de esta nueva vuelta de tuerca en el conflicto sindical. Y así seguiremos haciendo todo el tiempo que sea necesario, hasta que quienes gobiernan esta universidad, responsables directos de nuestra incertidumbre laboral y nuestra miseria, terminen de una vez con esa sangría de despidos que ellos llaman «finalizaciones de contrato» y con la precariedad laboral que afecta a más del 60 % de la plantilla.

Nosotros, los trabajadores, no somos mercancía de usar y tirar. Que se metan donde les quepa sus rankings y sus campus de excelencia y empiecen a pensar en las personas que hacemos posible que esta universidad funcione. No podemos consentir que Daniel Peña y sus acólitos, no contentos con poner en la calle a trabajadores después de años de servicio, tengan la desfachatez de denunciarlos y amedrentarlos por manifestar en público su disconformidad con sus despidos.
El pasado 18 de septiembre de 2012, unas semanas después de su despido, lo afiliados de la Sección Sindical de CNT en la Universidad Carlos III, acompañados por varios compañeros del Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de CNT Madrid y algunas personas solidarias, se subieron al estrado del salón de grados durante la inauguración del curso académico. Tenían como objetivo visibilizar la injusticia de que esta institución, después de haber despedido a más de 300 personas durante el curso 2011-2012, continuase con su calendario de actos protocolarios y derroches de presupuesto. Con una actitud absolutamente pacífica desplegaron una pancarta y cantaron una serie de consignas para reclamar al rector una reunión en que se dignase a hablar de la readmisión de su compañero, algo que ya habían exigido por escrito mediante documento de reclamación previa y preaviso de apertura de conflicto sindical por despido improcedente. En esa ocasión, el rector no pudo volver a esconderse y prometió al delegado de nuestra sección una reunión para el día siguiente. Con la misma actitud pacífica, los miembros del piquete abandonaron el salón de grados, mientras el acto de los birretes y las togas continuaba su curso.
Al día siguiente, el rector Daniel Peña faltó a su palabra y jamás concedió dicha entrevista a nuestros compañeros de la Sección Sindical de CNT. Y para colmo denunció al trabajador recientemente despedido, acusándole de coacciones y desórdenes públicos. Además, clausuró el correo de la Sección Sindical de CNT y ordenó a los empleados de seguridad, bajo amenaza de despidos, que atajasen con violencia cualquier nuevo acto de propaganda de nuestro sindicato. Así ocurrió los pasados días 14 de noviembre, 10 de diciembre y 24 de febrero, cuando varios miembros del sindicato de Enseñanza e Intervención Social de CNT fueron agredidos por personal de seguridad mientras realizaban su labor sindical de visibilización del conflicto contra el rectorado de esta universidad por el despido de su compañero.

Por último, queremos hacer un nuevo llamamiento a la comunidad de trabajadores y estudiantes de nuestra universidad y de las demás universidades públicas madrileñas para que reaccionen de forma contundente contra esta escalada represiva a la que por desgracia nos estamos acostumbrando últimamente. No podemos consentir que agentes de policía y descerebrados contratados por empresas de seguridad mafiosas campen a sus anchas por nuestros campus. No podemos permitir que compañeros de trabajo nuestros, además de ser despedidos, sean criminalizados por defender sus puestos de trabajo. Si los miembros de la comunidad universitaria, desde los estudiantes hasta los funcionarios de carrera, pasando por los becarios y los subcontratados, se dejan llevar por el corporativismo y no actúan de forma unánime contra quienes recortan sus derechos y los reprimen, el futuro que nos espera en la universidad pública será nefasto.

Animamos a todos los miembros de la comunidad universitaria a que ejerzan de forma activa la solidaridad y el apoyo mutuo con los miembros más vulnerables: los compañeros despedidos y los estudiantes que están siendo expulsados de ella por no poder afrontar el pago de las matrículas. Les animamos a luchar de forma horizontal y asamblearia contra quienes utilizan la fuerza y la represión para acallar a quienes defienden sus derechos.

¡READMISIÓN COMPAÑEROS DESPEDIDOS!
¡BASTA YA DE REPRESIÓN EN LA UNIVERSIDAD!