Cuando llegan momentos difíciles es cuando se distingue con más nitidez la diferencia entre lo importante y lo superfluo. La crisis del Covid-19 nos está dejando claro que hay toda una serie de actividades encaminadas a un responsable bienestar social y otras actividades volcadas en el lucro de empresas o particulares y que carecen de utilidad social, incluso muchas de ellas no sólo carecen de utilidad social sino que resultan dañinas. La obsesión neoliberal es convertir toda actividad humana en una fuente de ingresos económicos (cuanto más rápido y cuantiosos, mejor) independientemente de si eso es positivo o negativo socialmente hablando. De ahí que hayamos visto situaciones vergonzosas como el estado más que lamentable de las residencias de ancianos en manos privadas o a Telepizza y Rodilla haciéndose cargo de las tareas que les competen a los comedores escolares.
De la crisis sanitaria del Coronavirus habrá quien intente que salgamos más atomizados. Habrá quien quiera que salgamos llenos de miedo. Los mercaderes de la desgracia querrán sacar beneficio de la crisis social que seguirá a la sanitaria. Otras queremos que esta crisis nos enseñe que tras décadas diciéndonos lo contrario, en realidad, las personas son más importantes que las cosas. Y eso significa recuperar el sentido de comunidad y toda comunidad sana se basa en cuidar y ser cuidado.
En la línea contraria a la que reivindicamos, hemos podido presenciar los efectos de las políticas neoliberales en educación: deterioro de las condiciones laborales, masificación de aulas, empeoramiento de los recursos para atender a alumnado con necesidades específicas y jerarquización del modelo de gestión. Todo enmarcado en una mercantilización para convertir la educación en una mercancía más de la sociedad de consumo.
Para nuestro sindicato, se produce un momento simbólico el día que se cierran los comedores escolares (con las trabajadoras sufriendo un ERTE) para frenar el coronavirus, dejando a muchas familias pobres en la puerta del Telepizza ya que la presidenta de la Comunidad de Madrid había considerado esta como la mejor alternativa al cierre de dichos comedores. Este momento nos parece fundamental para reclamar la remunicipalización de todas las escuelas infantiles privatizadas (bajo la fórmula de gestión indirecta). Junto a esto queremos reclamar la recuperación de comedores escolares y todos los demás servicios escolares privatizados para separarlo del espacio de los negocios y llevarlo al espacio de la utilidad social. Por eso, queremos hacer que la remunicipalización sea solo un paso hacia la autogestión de todos estos espacios, porque sabemos que nadie mejor que nosotras mismas, las trabajadoras de la enseñanza, para hacer funcionar con dignidad un sistema educativo que no debe hacer piezas para ese gran engranaje que es el sistema capitalista, sino que debe estar al servicio de las personas.
Por la remunicipalización de las escuelas infantiles de gestión indirecta. Únete a nosotras.