El pasado 12 de julio se hacía pública la sentencia que confirmaba que nuestra delegada sindical en la UC3M es una trabajadora de la universidad como afirmaba este sindicato, pese a que la universidad usaba la fórmula de beca de colaboración para intentar camuflar su relación laboral bajo condiciones laborales vergonzosas.
Esta nueva sentencia judicial vuelve a darnos la razón y consolida nuestro trabajo en la lucha para dignificar a las trabajadoras que son contratadas bajo la figura de la beca de colaboración en las universidades madrileñas. En estos años de campaña, hemos llevado a cabo decenas de concentraciones, actos informativos, asambleas, etc. Y, en paralelo, nuestras secciones sindicales han conseguido sentencias que nos dan la razón tanto en la empresa privada (como en Millard Brown), como en las universidades públicas (UCM, UAM, UAH y ahora en la UC3M).
El caso de la UC3M comenzó con un acto informativo donde explicamos nuestra campaña hace casi dos años. El interés inicial de varias personas se formalizó con la extensión de la campaña a esta universidad para hacer llegar a las trabajadoras contratadas bajo la fórmula de becaria nuestra intención de iniciar la lucha contra esta forma fraudulenta de contratación. Al poco tiempo, constituimos la sección sindical de CNT-AIT en la UC3M con nuestra compañera G. como delegada. La universidad nos contestó que no reconocía esta sección sindical porque esta compañera no podía ser delegada, pues era becaria. Nada más lejos de la realidad. La sentencia del juzgado de lo social n.º 21 de Madrid confirma que existe relación laboral, por lo que nuestra delegada debe ser readmitida: su despido es nulo. Por otra parte, debe recibir el abono de sus salarios como trabajadora desde que se inició su relación laboral (camuflada bajo la “beca”) con esta institución.
De la sentencia podemos destacar:
– Que no existía un proyecto formativo vinculado a la beca, por lo que no había una planificación de objetivos académicos ni nada que se le pareciera lo más mínimo.
– Que no había seguimiento alguno de la tutora por lo que carecía de un plan de evaluación y, por tanto, nada tenía que ver con el área de conocimientos de los estudios universitarios de nuestra compañera.
– Que, por todo lo anterior, y por otros muchos aspectos, se demuestra que la tarea encomendada carecía de efecto formativo, pues nuestra compañera realizaba exactamente las mismas funciones que las trabajadoras laborales y funcionarias de la UC3M.
Esta sentencia consolida nuestra sección sindical en la UC3M frente a las políticas neoliberales de la administración pública y vuelve a demostrar la relevancia de la organización y lucha incansable contra la explotación. Dos frentes se abren ahora: por un lado, la universidad debería ejecutar inmediatamente la sentencia mostrando un mínimo de sentido común y evitando alargar una situación cuyo final ya conocemos debido a nuestras victorias en otras universidades madrileñas; por otro lado, hacemos un llamamiento a todas las trabajadoras contratadas bajo la fórmula de becarias de la UC3M (y de cualquier otra universidad, institución o empresa) y al colectivo que agrupa a muchas de ellas para dar un paso al frente. Les decimos que las puertas de nuestro sindicato están abiertas para comenzar a trabajar en el reconocimiento de sus derechos.
No basta con luchar para retener algún que otro derecho, sabemos que podemos conquistar muchos más. Autoorganizadas, unidas, con convicción y compromiso nadie podrá pararnos.
No son becas, es trabajo. Frente a la explotación, anarcosindicalismo.